El pasado mayo, Quabit anunció su intención de internalizar el proceso constructivo, con el objetivo de acabar con las dificultades en la ejecución de las obras de construcción. Entonces, la inmobiliaria anunció que ofrecería 13,1 millones para hacerse con el control de la división constructora de su máximo accionista y presidente, Félix Abánades. Finalmente, el importe fijado ha sido 14,368 millones para controlar el 82,95% de esta división.
De este importe, el 30% se pagará en efectivo y el 70% en acciones de la propia Quabit. No obstante, «como consecuencia de la simultánea compensación de determinados saldos adeudados por los vendedores», los pagos serán finalmente de 9,04 millones, de los que 2,71 millones deberán ser satisfechos en un plazo máximo de 90 días después de haberse cerrado la operación, es decir, desde ayer.
Según ha comunicado la compañía a la Comisión Nacional del mercado de Valores, ya se han pagado 6,33 millones en acciones, valoradas a efectos de canje en 2 euros, y 1,96 millones en efectivo. Tras la operación, Félix Abánades máximo accionista de Rayet, pasará a controlar el 20,309% del capital social de Quabit.
La compra de Rayet Construcción se enmarca dentro del anuncio de la compañía de un retraso en su plan de entrega de viviendas, y que generó un impacto a la baja de entre el 5% y el 10% en la facturación prevista entre el periodo 2018 a 2022.
Para mitigar el impacto de este retraso, Quabit anunció la compra de Rayet Construcción así como un cambio en su política de inversión de suelos, optando por vender terrenos por valor de más de 100 millones de euros hasta 2022, con un margen del 22%. También anunció que reduciría su plan de compra de suelos en hasta un 15% sobre la cifra inicialmente prevista.
La promotora cotizada cerró el primer semestre de 2019 con unas ganancias de 850.000 euros, frente a los 1,18 millones logrados en el mismo periodo del año anterior. La cifra de negocio creció un 112% hasta los 19,37 millones.